domingo, 30 de octubre de 2011

Respirar




Se me hace tan difícil coincidir
 el tiempo nunca va a favor del viento
 encima de mi pecho un sentimiento
 Se me hace tan difícil resumir... 
No quiero terminar sin despedirme
 no quiero terminar sin conversar
 prefiero que te lleves de recuerdo
 las llaves por si quieres…
 … por si quieres regresar
 Dejemos tiempo al tiempo
 volvamos a extrañar tomar
 un nuevo aliento Respirar…
 respirar Dejemos tiempo
 al tiempo no vuelvas ni a pensar
 paremos un momento a respirar…
 Se me hace cotidiano discutir
 la soledad contigo tiene un precio 
aquí la culpa solo es del silencio 
dejemos que el amor vuelva a elegir 
Se dicen tantas cosas cuando duelen
 se dicen sin querer y sin pensar
 tu corazón y el mío ya no tienen
 el mismo ritmo… para palpitar
 Dejemos tiempo al tiempo
 volvamos a extrañar
 tomar un nuevo aliento 
y respirar… respirar
 Dejemos tiempo al tiempo
 no vuelvas a pensar
 paremos un momento 
a respirar… respirar
 Se me hace tan difícil compartir
 contigo ya no vivo el mismo cuento
 lo bueno es que el cariño con el tiempo
 estoy seguro que no va a morir 
Dejemos tiempo al tiempo
 volvamos a extrañar
 tomar un nuevo aliento
 respirar… respirar
 Dejemos tiempo al tiempo
 no vuelvas a pensar
 paremos un momento 
y respirar… respirar

miércoles, 26 de octubre de 2011

Capítulo 1



Era un frío sábado invernal, solo la lluvia que repiqueteaba en la ventana y los sollozos entrecortados de Estela rompían el silencio, yo solo podía pensar en el vacío que Ramón había dejado en la mesa, en el bar, en nuestros corazones. Nos habíamos conocido en el hospital cuatro años antes, su padre agonizaba en la cama de al lado, yo, agonizando en mi propia cama, necesitaba una conversación que me distrajera. Nunca sospeché lo increíblemente perfecto que sería ese hombre tan feo para hablar, hablábamos de todo, de fútbol, de música, de política, de lo buena que estaba la enfermera del turno de noche... En aquellos momentos  ambos pensábamos que yo moriría de todas maneras, así que ¿por qué no disfrutar el tiempo que me quedaba?. Y así lo hice, gracias a Ramón empecé  a disfrutar. Me traía comida decente a escondidas, no es que la del hospital fuese mala, pero mi dieta era muy restringida. Cuando su padre murió él siguió viniendo a verme, se sentía solo. Comenzamos a visitar todas las plantas, por la mañana le leíamos cuentos a los de la planta de pediatría, y por la tarde, en geriatría, manteníamos profundas tertulias entremezcladas con los recuerdos de los ancianos. Susana, mi pareja estaba harta de buscarme por el hospital, aunque siempre supo perdonarme...
En ese momento desperté de mis ensoñaciones, Susana acababa de entrar en el bar, no me lo podía creer, con su pelo más largo, su sonrisa y sus ojos castaños enormes, pero apagados por el cansancio. Seguía siendo la hermosa mujer de la que me enamoré un verano, la hermosa mujer que perdí por no saber decir "te necesito". Se acercó a la mesa y tras saludarnos a todos se sentó en el lugar que solía ocupar  Ramón; seguidamente me miró, sonrió y dijo:
-Estas hecho una mierda.
-Gracias, tu tampoco es que estés hecha una rosa- contesté sonriendo triste y cansadamente.
- La muerte de Ramón me ha tenido despierta toda la noche- dijo con un deje de tristeza.
-Creo que ninguno ha conseguido dormir, aunque en mi caso es porque he estado buscando la póliza de seguros en casa de Ramón y he intentado poner los papeles en regla- dije yo.
-De ese tema quería hablar con todos, Ramón ha dejado indicaciones para todos en su testamento.- esa mujer que estaba sentada a mi izquierda, esa Susana tan conocida y diferente para mi, era la abogada de Ramón- Así que tenemos que reunirnos en mi despacho el Lunes si os va bien a todos.
Todos asentimos con la mirada perdida en el  vaso de espumoso líquido dorado que había envenenado a Ramón la noche anterior.
Estela hacía rato que se había desahogado, los ríos de lágrimas se habían secado en sus mejillas, aún así no soltaba la mano de un alicaído y melancólico Alberto. Cada uno tenía un repertorio de extraños  pero entrañables recuerdos con el difunto. Y se dedicaron a repasarlos mientras Susana y yo hablábamos.
-Bueno y ¿qué es de tu vida?- Preguntó muy seria y con sus grandes ojos clavados en mi.
-Nada ha cambiado desde que me abandonaste, soy más viejo, pero todavía no he matado al niño que hay en mí- contesté con algo de desdén.
-Yo no te abandoné, tú me echaste, después de salir de tu enfermedad habías cambiado, ese niño se fue de vacaciones- dijo ella con dureza.
-Dejemos ya el tema, por lo menos por hoy, no tengo ni fuerzas ni ganas para discutir.- No solo era por falta de ganas, sabía que ella tenía razón, me transformé en un monstruo, insoportable para casi todos.  Ella no tuvo la culpa de mi malestar. Al contrario, soportó más de lo que nadie podría aguantar, supongo que el amor es un buen soporte, pero como todo se estropea y se rompe.
Cogió su bolso y sacó unas tarjetas de visita en la que estaba impresa la dirección del nuevo despacho. Era aséptica, como la atención de un médico astiado de pacientes. Siempre imaginé mi vida teniendo a Susana a mi lado, con su frialdad, su manera sistemática de pensar, de decir las cosas sin adornos, tal y como le pasaban por la cabeza. El hecho de que se fuera, o más bién de que yo la echase, me dolió tanto... me sentí vacío en mi nueva vida sin ella. No había encontrado a otra persona, Susana era insustituible, o eso quise creer siempre. 

domingo, 23 de octubre de 2011

Veleno




Il mondo e il tempo si ferma quando si parlo con te

o parlo di te

la rosa che é prifionera é un paese al sole la mia bandiera

quando pienso a te



Io voglio credere in un sogno perche il mondo é uno solo

e un uomo é sempre un uomo

sotto il sole come me é questo il sole credo

se l'odio uccide come il veleno

finche un amigo vero ancora c'é



E una donna el paese mio, occhi verdi di mare ti fanno morire

un sefreto d'amore que che arriva aqui

come un eco di melodia

é la vita che suona mercati di strade

la terra madre mia



Io voglio credere in un sogno perche il mondo é uno solo

e un uomo é sempre un uomo

sotto il sole come me é questo il sole credo

se l'odio uccide come il veleno

se c'é un amigo vero



Si questa e la mia vita e questo é vivere

domani un giorno nuovo vedrai

si, credo nella vita

come credo in me, come credo in te



Noi vivremo un grande sogno

perche' il mondo e uno solo e un uomo é sempre un uomo

finché il grande sole c'é é amore il solo credo

se l'odio uccide come il veleno

finché un amigo vero ancora c'é

                                                          Para M.P.A.L.

jueves, 20 de octubre de 2011

Jugar por jugar


Sugiero que el más triste de los presos
tenga derecho a sábanas de seda;
bendita sea la boca que da besos
y no traga monedas.
Propongo corromper al puritano,
espiar en la ducha a las vecinas,
ir a quitarle al dios de los cristianos
su corona de espinas.
Nada de margaritas a los cuerdos,
hay que correr más que la policía
para bailar el vals de los recuerdos
llorando de alegría.
La vida no es un block cuadriculado
sino una golondrina en movimiento
que no vuelve a los nidos del pasado
porque no quiere el viento.
Se aconseja dormir a pierna suelta
lejos de tentaciones de diseño,
que no pase de largo por tu puerta
el hombre de tus sueños.
La rana esconde un príncipe encantado,
tu boca un agridulce de membrillo
¡qué ganas de un cursillo acelerado
de besos de tornillo!
Y jugar por jugar
sin tener que morir o matar,
y vivir al revés
que bailar es soñar con los pies.
Conviene entrar penúltimo en la meta
de la vuelta a la infancia en patinete
y fusilar al rey de los poetas
con balas de juguete.
Por qué no doctorarse en cremalleras
como hace la hormiguita por tu espalda
e hilvanar con jirones de banderas
braguitas rojigualdas.
Hacen falta cosquillas para serios,
pensar despacio para andar deprisa,
dar serenatas en los cementerios
muriéndose de risa.

La cuestión

Ella esperaba mirando hacia ambos lados, en el parque,  tenía la sensación de irrealidad de los sueños, aunque con ese sentido característico. Su piel ardía, se mordía las uñas y el frío de abril no impidió que un sudor frío le recorriese el cuerpo.
No sabía que era eso tan serio que quería decirle él, pero cuando hablaron por teléfono su voz era entrecortada, él  hablaba como si tuviese un nudo en la garganta, fue rápido ni siquiera le dijo un fugaz “te quiero”; de esos que no tenían significado después de dos años.
Él corría porque llegaba quince minutos tarde.  Un sentimiento, una duda pesaba en su pecho, quería llegar y contarle todo, quizás se había precipitado aquella noche, pero ya no había marcha atrás.
La vio medio malhumorada en el banco de aquel parque, de repente se paró y al dejar de correr casi tropieza, sus ojos quedaron atrapados en el balanceo de aquel pelo, como siempre y no pudo evitar sonreír.
Ya no aguantaba más, ese impresentable la había dejado esperando en el parque, sabía lo que odiaba la impuntualidad, pero que no apareciese…  eso no se lo iba a perdonar.
Se disponía a marcharse cuando oyó su nombre, fue un susurro, apenas un suspiro a su espalda, se giró y abofeteó al hombre que más quería; mientras rebuscaba en su abrigo se disculpó con ella, dijo que llegó tarde por que estaba buscando aparcamiento.
Desde hacía unas noches había tomado una decisión, pero ya solo quedaba una duda y pretendía eliminarla, se arrodilló y sacó el anillo que estaba buscando en su abrigo. Ninguno dijo nada, las palabras estaban de más en ese momento. Ella empezó a llorar cogió el anillo y se lo puso en el dedo. Él se levantó la cogió de la mano y regresaron paseando hasta su casa.
Quizás esta noche yo también tenga una duda que tú deberías resolver...

domingo, 9 de octubre de 2011

Era de noche ^^

Cuéntame cómo va cayendo el sol.
mientras hablas pensare
que guapa estas, que suerte ser
la mitad del cuento de un atardecer
que observo al escucharte,
porque mis ojos son tu voz.
Acércate, que cuando estemos piel con piel,
mis manos te dibujaran,
tu aroma me dirá tu edad
junto a ti, unidos sin saber por qué,
seguramente se me note
el resplandor de una ilusión,
porque a tu lado puedo olvidar...
Que para mí siempre es de noche,
pero esta noche es como un atardecer,
si logras que a la vida me asome,
tus ojos sean los que brillen
y la luna que la borren,
que en mi eterna oscuridad
el cielo tiene nombre, tu nombre
que no daría yo por besarte
aunque fuera un solo instante…
Hace frío, es tarde y tienes que volver,
que hay alguien que te espera, seguro
una vez más el tiempo se nos fue
¿volverás?, dime si mañana volverás
que quedaremos alguna tarde,
para contarme como muere el día
Y nunca más me haré reproches
por intentar amanecer
no volveré a perderme en la noche,
porque mi alma hoy brilla con más fuerza
que un millón de soles
pero, en mi eterna oscuridad,
a veces se me oye a voces 
que no daría yo por besarte,
aunque fuera un solo instante…


                              

viernes, 7 de octubre de 2011

Maldito gato, maldito schrodinger

18 vueltas al sol

18 vueltas al sol y todavía no me he dejado llevar por la consciencia. Y que conste que no me da vértigo, que no les temo a las curvas; lo que pasa es que soy así, y así es como me cuentan mis canciones. Me descubro en ellas y en ellas me pierdo y por ellas y con ellas me transformo. Por eso éste blog es como una caja donde uno guarda viejos tesoros... Del primer poema al ultimo relato, un universo imperfecto desordenado, sorprendente,ingenuo,iluso,pero siempre verdadero; como intento ser yo. 18 vueltas al sol que he dado más las que sigan. Pretendo que sea un pequeño reflejo de mi creatividad y mis influencias, sin orden, como mis ideas, todo fluye y se conecta aunque solo yo sea capaz de ver la conexión imaginaria y personal entre las entradas del blog; aquí baila  el desconcierto, nunca permito que mi alma desequilibre el perfecto desorden de mi universo.
Todas y cada una de las personas que pasan por mi vida dejan algo y a la vez se llevan parte de mi, si alguna vez no me vuelven a ver, por ser la vida como es, si alguna vez alguien me echa de menos que busque en ese rincón del corazón donde le deje algo muy especial, o en éste rincón de Internet dónde habita un burdo reflejo de mi mente.

jueves, 6 de octubre de 2011

Este loco se va con otra loca

Este adios no maquilla un hasta luego
este nunca no esconde un ojalá
estas cenizas no juegan con fuego
este ciego no mira para atrás.

Este notario firma lo que escribo
esta letra no la protestaré
ahorrate el acuse de recibo
estas visperas son las de despues.

A este ruido tan huerfano de padre
no voy a permitirle que taladre
un corazón podrido de latir.

Este pez ya no muere por tu boca
este loco se va con otra loca
estos ojos no lloran mas por ti.

                                J.S.

La guerra de los mundos

Confinado en la UVI del agobio
por culpa de una bilis maniquea,
condenado a bailar con la mas fea
que no es mi Dulcinea y tiene novio.
Furtivo de la orilla de la lumbre,
del polvo enamorado de Quevedo,
provocando,por falta de costumbre,
las cornadas del hambre y las del miedo.
Vagabundo sonambulo en la rama,
maletilla sin sitio en el albero,
desahuciado del lado de tu cama.
Pegado al transistor, no sea que radie
la guerra de los mundos y el cartero
llame dos veces y no le habra nadie.

Bar el gato negro 1

Prólogo
Era un viernes del montón, una noche más, otra noche en El Gato Negro. El camarero nos servía la octava ronda de la noche, al mismo tiempo que recogía las mesas y bromeaba con nosotros.
                A mi izquierda, Ramón había comenzado a ponerse amarillo mostaza. En su caso beber era un suicidio. Yo sabía que debía de dolerle mucho, pero si él no me la pedía no le ofrecería ayuda. Solo hacía poco más de un año que le había donado parte de su hígado a aquella desconocida... Y por eso era y es un héroe para todos nosotros; aunque, pensándolo bien, todos fuimos héroes en busca de auxilio, los cinco estuvimos frente a frente con la parca, todos le escupimos en su fea cara y seguimos a lo nuestro.
                Esa noche Ramón murió vomitando sangre en el baño del bar, ninguno de los cuatro que estábamos con él podría decir que no le echaríamos de menos. Hasta el camarero, que se había peleado con él muchas veces le tenía cariño.
                Como siempre, me había tocado bailar con la más fea: tuve que registrar su piso en busca de los papeles para preparar el sepelio; Ramón no tenía familia, nos tenía a nosotros , él decía que éramos más que suficiente, aunque en secreto me había confesado que le gustaría haber sabido que se sentía teniendo mujer hijos, padres vivos o hermanos. Pero nos tenía a nosotros...
                Al día siguiente quedamos otra vez en el bar, yo llegué más tarde, el dueño había preguntado a los demás si queríamos que cerrase por respeto, ellos, obviamente dijeron que no; aunque por las caras de todos los presentes parecía que el duelo se celebraba en El Gato Negro.
De repente Estela dijo- Ya no volverá a reír de esa manera tan estúpida- y rompió a llorar.

miércoles, 5 de octubre de 2011

La primavera


La Primavera

Antes de lo esperado, la primavera volvía.                                                                                                                                                                          El mundo, alegre, giraba en torno a los soles.                                                                                                                                                   El aire, impregnado de aromas de hierbas y flores,                                                                                                                                                                                                     la cálida caricia del sol recibía.              

Siempre, antes, podía explicarse                                                                                                                                                                                  de la tierra la creciente oscuridad,                                                                                                                                                              como la lluvia, en su voluptuosidad,                                                                                                                                                                                      engendraba helechos donde posarse.
Mas ahora todo aquello olvido,                                                                                                                                                  cómo sobrevive una veta de oro,                                                                                                                cómo la primavera ofrece sus tesoros.  
      De la vida reniego, y también del nido. 
                                                       Ahora recuerdo la invernal estación;                                                                                                                                                                                                                                                                                            el otoño, y el calor del estío,                                                                                                                                                       
                                            dejan paso en la noche de mi ser baldío                                                                                                           a una negrura que empaña el corazón.


El espíritu de un guerrero


Coraje.
En cualquier idioma, la palabra tiene una sonoridad especial, tanto imaginopor el modo reverente en el que se pronuncia como por la propia fonética del término. Coraje. La palabra evoca imágenes de grandes gestas y grandeza de espíritu: el gesto estoico y determinado plasmado en los rostros de hombres que defienden las murallas de su ciudad frente a una horda de enemigos; la entereza de una madre que cuida de sus hijos cuando el mundo entero parece haberse vuelto hostil. En muchas de las grandes ciudades del mundo, niños sin hogar y sin familia sobreviven en las calles. El suyo es un coraje excepcional, ya que afrontan privaciones tanto físicas como emocionales.
A menudo me pregunto cómo habría sido La Historia si el corazón de los seres humanos no se corrompiera tan rápido. Pero no confundo la curiosidad con la compasión.
Yo  transformé mi vida en una cárcel fría, vacía y desolada. Yo mismo construí sus paredes. Me recluí en ellas y cerré la puerta. Yo era mi propio guardián mi propio carcelero. Y dio resultado. Nada me había afectado en ese tiempo. El dolor, la compasión, la pena, el remordimiento: ninguno de ellos podía pasar sus muros. Tenía miedo, miedo de enfrentarme a la vida, de desenvolver los hermosos regalos que ésta ofrece y descubrir que los envoltorios solo contenían basura. De que se descubrieran mis defectos; mucho después me di cuenta de que solo quien es incapaz de corregir sus defectos siente la necesidad de convencer al mundo de que no tiene ninguno.
No fui valiente cuando me abandoné a la tristeza, porque, en el fondo de mi corazón, me sentía como si no tuviera nada que perder. La gente que tiene coraje no renuncia a la esperanza.
Lo entendí cuando miré unos ojos en el exterior del muro de tristeza que me rodeaba. Comprendí el significado de la palabra coraje en toda su extensión.
Y, por primera vez desde lo que pasé con mi padre, desde los abandonos de mis ex desde, la muerte de mi abuelo o desde que enfermé sentí inspiración, sentí que todavía estaba vivo, y más importante y más difícil aún: sentí que el mundo estaba vivo a mi alrededor. Había luchado como un tigre acosado, salvajemente, despiadadamente, por lo que creí que era lo mejor para mí y para los demás: la soledad, pues me consideraba un monstruo y me comportaba como tal. Pero hasta que me miré en los ojos de mi leal amiga no recuperé el espíritu del guerrero. Desaparecieron mi resignación y mi pasivo sometimiento al destino. Aprendí que la Verdad es amplia, vasta, profunda e inacabable, y lo único que uno puede esperar era ver una pequeña parte de ella. Y ver esa pequeña parte y confundirla por el todo es falsear tal Verdad.
En aquellos días, las medicinas devolvieron las fuerzas a mi torturado cuerpo; la expresión estoica y determinada en el semblante de  mi amiga devolvió la fortaleza a mi espíritu. Juré entonces que resistiría, que me enfrentaría a los abrumadores acontecimientos, y que lucharía para ganar. Y todavía no he roto mi juramento.
Cuando vi a mi amiga luchar por los dos, recordé lo mucho que tenía que perder. Recobré el espíritu del guerrero.

El error que representa la arrogancia


Nuestra religión enumera los pecados de la humanidad como siete, y el más destacado entre ellos es la soberbia.
Francisco León, mi maestro, me advirtió sobre ello, pero sus lecciones concernían a una faceta personal del orgullo. «Un ser poderoso camina sola con frecuencia, pero siempre tiene amigos cerca», explicaba aquel hombre sabio. «Un ser poderoso conoce su entorno y sabe dónde puede hallar aliados.»
A juicio de mi maestro, la soberbia era ceguera, un enturbiamiento de la intuición y del discernimiento, y la derrota de la confianza. Un hombre demasiado orgulloso camina solo y no le importa dónde puede encontrar aliados.
Yo pensé que la sociedad era una mentira, que los que la formabais no erais  merecedores de que yo formara parte de esa mentira.
¿Tan alto era el concepto que tenía de mí mismo y de mis habilidades que había olvidado a los amigos por los que, hasta el momento, me había sido posible sobrevivir?
Qué necio fui.
El orgullo me convenció de que yo era la causa de la muerte de mi abuelo; el orgullo me convenció de que sería yo quien enmendaría el yerro. La pura arrogancia me impidió sincerarme con mis amigos.
En aquel lugar de mi conciencia, comprendí que pagaría por mi arrogancia; posteriormente, me enteraría de que otros seres queridos para mí, también pagarían por ello.
Es un duro golpe para el espíritu descubrir que la causante de tanto perjuicio y tanto dolor es su arrogancia. La soberbia induce a escalar la cumbre del triunfo personal, pero el viento sopla con más fuerza en esas alturas, y los pies se afianzan en asideros inestables. Y entonces, cuando se está en lo más alto, llega la caída.