“Si vas
a escoger un camino de venganza, cava dos tumbas”- Confucio.
Mis padres murieron en un accidente de tráfico cuando era
niño, mi abuelo cuidó de mí durante un tiempo. Sin embargo fue acusado de
terrorismo, de blanqueo de dinero y de tráfico de estupefacientes.
Al ser mi abuelo encerrado en la cárcel fui confinado en un
centro de menores, sin posibilidad de ver a mi abuelo. Con 18 años Mike anunció
mi libertad. Justo cuando salía por aquellas rejas un Land Rover aparcaba
frente a las mismas. Un tipo bien vestido salió del coche con una caja grande de madera en los brazos, la caja
llevaba el símbolo del doble infinito en la tapa. Mientras me sonreía dijo:
-¡Justo a tiempo! no pareces el angelito que describió tu
abuelo, a muerto, hace dos semanas se suicidó, lo siento mucho. A dejado esto para ti- y puso la caja delante
de mi.
Miré la caja con desprecio y le contesté lleno de rabia:
-Mi abuelo era un asesino, un mentiroso y un estafador.
-Eso es lo que ellos quieren que creas.- dijo bastante
serio.
-¿Quiénes?- pregunté con repentina curiosidad, pero sin
bajar la guardia.
-¿Porqué no abres la caja y lo descubres?- dijo sonriendo de
nuevo.
Abrí la caja y miré asombrado el contenido.
-Tu abuelo dejó una fortuna para ti en una de las cajas de
seguridad de Zurich, a la que podrás acceder mediante esa llave y el número que
se halla en uno de los documentos. También eres heredero del 46% de mi empresa, ya que tu abuelo fue uno
de los primeros en confiar en mi y posees propiedades repartidas por todo el
mundo.
-Y ¿los libros que llenan el fondo de la caja?- dije con
extrañeza.
-Son diarios que escribió el viejo en la cárcel. En ellos te
explica toda la verdad, todo lo que sucedió.
Leí todos y cada uno de los diarios, mi abuelo me había dejado una ruta
a seguir para la venganza, aunque éste no era su deseo.
“…mi pequeño prométeme
que olvidarás y los perdonarás a todos, después de tantos años es la única
opción…”
Esa es una promesa que no puedo mantener, mi abuelo murió
siendo un hombre inocente, murió por confiar demasiado, por confiar en los
demás. Mi abuelo se equivocaba, siempre hay opción.
Ésta no es una historia de perdón, ésta es mi historia, una
historia que va de venganza.
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